Los SÍ y NO de la CAA: Preguntas

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¿Tus preguntas son abiertas o cerradas? En cualquier entorno donde las preguntas ocurren naturalmente, como en las aulas, es esencial que las preguntas abiertas se usen para los usuarios de CAA. Permite modelar el lenguaje y brinda a los usuarios de CAA la oportunidad de aprender lo que piensan y sienten.

Yo viajo mucho y cada año visito muchas aulas con necesidades especiales en diferentes partes del mundo. Una de las cosas que normalmente me sorprende es el papel que las preguntas juegan en la comunicación de los profesores y terapeutas con usuarios de CAA.

Una pregunta abierta se puede describir como una pregunta que requiere una respuesta completa por parte de la persona que esté basada en sus conocimientos y sentimientos. En cualquier entorno donde se generan preguntas de forma natural, como en las aulas, es imperativo usar preguntas abiertas con usuarios de CAA. Esto permite que el lenguaje se modele y proporciona a los usuarios de CAA la oportunidad para aprender a expresar lo que piensan y sienten. Esto es muy diferente de situaciones donde se les hace preguntas para las que ya sabemos las respuestas.

En este artículo vamos a ver un par de situaciones en las que tendemos a usar preguntas cerradas o preguntas para las que el usuario de CAA sabe que la persona que realiza la pregunta ya conoce la respuesta. Para cada situación voy a sugerir alguna alternativa más natural, y estrategias más orientadas hacia la conversación a la hora de hacer preguntas.

Presentaciones

Un invitado en el aula es una gran oportunidad para permitir a un usuario de CAA hacer y también responder a preguntas, pero lo que generalmente ocurre es algo parecido a esto:

  • Profesor a estudiante: "Mira, hoy tenemos un invitado."
  • Profesor a estudiante: "¿Cómo te llamas?"
  • El estudiante se siente un poco confuso con el profesor.
  • Profesor a estudiante: "¿Cómo te llamas, Johnny?"
  • El profesor navega hasta la página Sobre mí del sistema de CAA.
  • El estudiante pulsa el botón Nombre en el sistema: "Mi nombre es Johnny."
  • El profesor mira al invitado y espera una reacción.
  • Profesor a estudiante: "¿Cuántos hermanos y hermanas tienes?"
  • Y así...

Esto pasa con demasiada frecuencia por lo que considero que no es una coincidencia. ¿Qué es lo que pasa? El profesor está haciendo las preguntas para las que el estudiante ya sabe que el profesor conoce las respuestas. ¿Te puedes imaginar esto en un aula de enseñanza normal con un estudiante que sabe hablar? Seguramente no. Lo que a lo mejor te imaginas es que en ese caso la conversación empezaría con el profesor mirando al estudiante y diciendo: "por favor preséntate a nuestro invitado". ¿Por qué no hacer lo mismo con un usuario de CAA? ¿No sería esa una forma más natural de empezar una conversación con el invitado? O, incluso mejor, aprovecha la oportunidad de tener un invitado para permitir el desarrollo espontáneo de una situación incluso más natural. Antes de presentar al estudiante, pide al invitado que se presente y luego pregunte al estudiante su nombre y si tiene hermanos. De esta forma el estudiante puede mostrar sus habilidades en un entorno más natural en el que la persona que hace las preguntas, claramente, no conoce las respuestas.

Colores

Tenemos una aplicación de comunicación, Proloquo2Go, y está diseñada para su uso en la comunicación. Sin embargo, veo que su uso en muchas aulas es más bien como una herramienta para examinar en lugar de una herramienta de comunicación. Me quiero centrar en un ejemplo en concreto que he observado demasiadas veces en las aulas. Los profesores y terapeutas quieren saber si un estudiante puede identificar formas y colores de manera correcta. Me imagino que la enseñanza directa de conceptos tales como los colores se considera útil como paso previo a la ampliación de conocimientos académicos. Este es un diálogo típico:

  • El terapeuta apunta a un objeto amarillo.
  • Terapeuta: "¿Qué color es este?"
  • El estudiante pulsa el botón Amarillo en el sistema: "Amarillo."
  • Terapeuta: "Bien hecho."
  • El terapeuta apunta a un objeto azul.
  • Terapeuta: "¿Qué color es este?"
  • El estudiante pulsa el botón Azul en el sistema: "Azul."
  • Terapeuta: "Bien hecho". "Bien dicho."
  • El terapeuta apunta a un objeto amarillo.
  • Terapeuta: "¿Qué color es este?"
  • El estudiante pulsa el botón Verde en el sistema: "Verde."
Elemento emergente de Colores en Proloquo2Go
Elemento emergente de Colores en Proloquo2Go

¿Qué ha pasado? ¿Fue la primera respuesta "amarillo" una coincidencia? O ¿podría ser que el estudiante está cansado de responder a las mismas preguntas una y otra vez? ¿Es posible que el estudiante se esté preguntando por qué estos adultos necesitan ayuda para identificar colores todo el tiempo y exprese su frustración contestando de forma aleatoria? Cualquiera de las arriba mencionadas es posible, pero piensa en esto: ¿Cómo te sentirías si alguien te hace una pregunta sobre algo que ya contestaste un minuto antes? Seguramente te molestaría, y si esto ocurre con frecuencia es posible que respondas enfadado. ¿Acaso ya hemos modelado en el sistema del usuario cómo expresar enfado o molestia? ¿Ya sabe el estudiante cómo salir de la página de colores y navegar hacia la página de sentimientos o tiene la página de colores un botón “todo hecho"? Si no es así, el pulsar el color equivocado puede ser una de las pocas formas educadas del estudiante de expresar su frustración.

Así que nos preocupa la identificación de los colores. ¿Hay formas más naturales, más orientadas hacia la conversación para averiguar si el estudiante es capaz de identificar correctamente los colores? Qué tal si tomamos un libro de niños y lo leemos con el estudiante, mientras modelamos los colores en el dispositivo del usuario de la siguiente forma: "Mira, aquí hay una flor amarilla y esa de ahí es de color azul. Me gusta la flor azul, ¿cuál te gusta a ti?". Esto permite al usuario ver cómo pulsas los botones de colores mientras hablas sobre las flores en el libro y le permite demostrar su conocimiento de los colores pulsando azul o amarillo en el dispositivo. ¿Pero qué pasa si el usuario responde "rojo" en el dispositivo? Diríamos, "¡no, eso no es correcto!" o más bien "ah, te gustan las flores rojas, veamos si podemos encontrar flores rojas en la próxima página". No sabremos inmediatamente si el usuario puede identificar los colores correctamente, pero es importante hacer preguntas abiertas porque eso es lo que hace la gente en una conversación real. Es más, es posible que con el primer enfoque de preguntas directas se tarde lo mismo en descubrir si el estudiante es capaz de identificar los colores, pero también supondrá una mayor frustración por ambas partes, además de perderse toda la diversión que supone leer un libro juntos y hablar sobre él.

Círculo matutino

Otra situación común en las aulas de educación especial, donde los profesores hacen preguntas y los estudiantes ya saben que el profesor conoce las respuestas, es en el círculo matutino, asamblea, hora del calendario o círculo de actividades. Virtualmente todas las aulas de educación especial que he visitado hacen un ritual matutino donde hablan sobre la asistencia a clase, los días de la semana, los meses del año y el tiempo. Durante este tiempo, los profesores hacen las mismas preguntas todos los días, desde preescolar hasta secundaria.

Las preguntas son totalmente cerradas, solo hay una respuesta correcta para cada pregunta, son extremadamente repetitivas, y después de un tiempo todos saben las respuestas o les da lo mismo. A pesar de que los estudiantes que no saben hablar se sienten estimulados y usan sus dispositivos, no existe una comunicación real. Si creemos que este ritual matutino es importante, ¿hay formas de implementar preguntas abiertas a la rutina? Por una parte necesitaríamos ampliar de forma importante nuestro repertorio de preguntas relacionadas con el tiempo y el calendario para evitar ser repetitivos, lo cual es importante si queremos evitar preguntas para las que los niños ya conocen la respuesta y las han repetido una y otra vez. Podríamos preguntar cosas tales como:

Preguntas abiertas:

  • ¿Cuál es la estación del año que más te gusta?
  • ¿Qué tipo de cosas puedes hacer después de la escuela cuando hace sol?
  • ¿Qué tipo de actividades divertidas se pueden hacer en el invierno?

Preguntas cerradas pero de diferentes tipos:

  • ¿Cuándo vas a la fiesta de Jim?
  • ¿En qué estación del año es tu cumpleaños?
  • ¿Sabes por qué Alicia no ha venido hoy?

Como te puedes imaginar, te quedarás sin preguntas acerca del tiempo y el calendario tarde o temprano. Ese será el momento perfecto para empezar a usar temas más orientados a la conversación y que estén relacionados con la vida de los estudiantes.

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Ejemplo de un póster de círculo de actividades

¿Cuál es el siguiente paso?

Observa tu aula y las actividades terapéuticas y considera el tipo de preguntas con las que trabajas. ¿Son tus preguntas abiertas o cerradas? ¿Repites las mismas preguntas con frecuencia? ¿Por lo general haces preguntas para las que el usuario de CAA sabe que tú conoces las respuestas? Entonces piensa en la forma de conseguir los mismos objetivos académicos, terapéuticos y de pruebas con un estilo diferente de preguntas. No te olvides crear oportunidades para que los usuarios de CAA también hagan preguntas. En la enseñanza regular, los mejores estudiantes son aquellos que hacen preguntas para conseguir entender mejor lo que se les está enseñando o simplemente para obtener información adicional que no se impartió en el aula. Queremos ayudar a los usuarios de CAA a controlar su propio aprendizaje y ampliar sus conocimientos. Que mejor manera de ayudarles que modelando para ellos la forma de hacer preguntas. Quizás de esa manera ellos podrán usar sus sistemas CAA para preguntarte por el nombre del color aguamarina al que están apuntando...

Enlaces de utilidad (en inglés)

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